“Entender que nadie va a cambiar nuestro dolor, nadie va a soñar por nosotras si no lo hacemos nosotras. (…) Hacer que sucedan las cosas y cambiar y provocar, ese es el reto. El reto es que la violencia no sea normal. El reto es que las niñas no se casen a los 12, 14 años; entender que esto que está aquí al frente de ustedes es mi responsabilidad, mi cuerpo es mío y de nadie más, (…) quién es la sociedad para cuestionar mi decisión” fueron las palabras de la autora del libro ‘Los sueños de la niña de la montaña’ Eufrosina Cruz Mendoza, Diputada del H. Congreso de la Unión. 

En el marco del primer aniversario de Alerta Violeta, la Universidad de Guanajuato (UG) fue sede de la presentación editorial “Los sueños de la niña de la montaña”, con un panel moderado por la Dra. Cecilia Ramos Estrada, Secretaria General de la Casa de Estudios, quien destacó: “La Universidad siempre está abierta para dar un espacio a estos temas tan importantes, temas que siempre debieron ser importantes”. 

Como representante de Alerta Violeta, la Mtra. Iovana Rocha Cano compartió que dicha iniciativa surge de la frase: “El que escucha se compromete” al señalar “no podemos escuchar hoy lo que vamos a escuchar, y ser los mismos o las mismas, ¿Qué vamos a hacer con lo que escuchamos? ¿Qué compromiso vamos a asumir para resolver, para hacer?”, por lo que refrendó el origen de Alerta Violeta. 

El Patio Jesuita de la UG fue testigo del acto en el que dueña de su historia –Eufrosina Cruz- con aquellas palabras escritas en su libro señala: “Quiero que este libro sea las alas para volar de mucha gente, pero también quiero que sea un grito de atención y esperanza para quienes tenemos el derecho a ser escuchados”. 

Por lo que compartió el origen de la historia de la indígena zapoteca que transformó al país gracias a su trayectoria política. Política, la cual ha considerado como un instrumento para el bien común y ha sido a través de esta que logró como legisladora local, convertirse en la primera mujer indígena en presidir el Congreso oaxaqueño, tras años después de haberse ido de su pueblo –Santa María Quiegolani- obligada por el sistema de usos y costumbres, cuyo destino le obligaba a casarse contra su voluntad a los 12 años. 

De esta manera, con la rebeldía de una niña de 12 años, pero con obligaciones de una mujer e invisibilidad en sus derechos, decidió partir para forjar su propio destino, en el que años después en contribución a las infancias, lograría modificar en la Constitución de su entidad y actualmente desde el Congreso de la Unión se encuentra el decreto en iniciativas de  proyecto de decreto que adiciona diversas disposiciones al Código Penal Federal, en materia de derechos humanos para una vida libre de violencia, el cual busca sancionar el matrimonio forzado de menores.  

Así como el proyecto de decreto que adiciona el artículo 45 de la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes para erradicar el matrimonio forzoso antes de los 18 años y establecer que las autoridades federales, de las entidades federativas, municipales y de las demarcaciones territoriales de la Ciudad de México deberán adoptar medidas para prevenir, atender y erradicar las prácticas nocivas basadas en usos y costumbres que atenten contra el interés superior de la niñez. 

En este libro la autora señala en particular las figuras de dos hombres claves para emprender e imaginar un mundo posible, el cual no invisibilizara a las mujeres, el primero fue su hermano “Lencho” quien le ayudó a ser rebelde desde niña, pues describe, fue quien le ayudó a forjar su carácter. Otra de las figuras claves en su historia de vida fue su maestro de primaria –Joaquín- en quien encontró protección a sus derechos y la posibilidad de soñar e imaginar. 

Y de quien entendió las posibilidades de la educación: “Para mí es el instrumento más hermoso que la humanidad puede tener, pero se lo tuve que arrebatar a eso que se llama desigualdad, a eso que se llama adversidad, a eso que me habían dicho que mi origen ya estaba definido, que mis sueños ya estaban definidos, que era repetir esa cotidianeidad, esa invisibilidad”.

Asimismo, Eufrosina refrendó con voz firme el cambio que requiere la política pública a los pueblos indígenas, las mujeres, pues dijo, no se trata de ‘’grupos vulnerables’, ‘el asunto’, ‘el problema’, ‘el tema’, ‘la estadística’: “Yo no soy asunto. Soy persona, antes que ser indígena, soy persona, yo no soy víctima, soy posibilidad, yo no soy grupos vulnerables, no me falta un tornillo, me falta oportunidad y lo que se ha vulnerado, eso sí, son mis derechos”. 

Como comentaristas del libro se contó con la participación de la Secretaria de Gobierno, Libia García Dennise García Muñoz Ledo; la Consejera Presidenta del Instituto Electoral del Estado de Guanajuato, Brenda Canchola Elizarraraz; la Presidenta de Alerta Violeta, Renata Arévalo Ramírez; la Presidenta del Tribunal Estatal Electoral de Guanajuato, Yari Zapata López y la Presidenta de la Comisión para la Igualdad de Género en el Congreso del Estado de Guanajuato, Yulma Rocha Aguilar.