Con relatos publicados en “Duermevelas” (1986) y “Vago espinazo de la noche” (1996) una serie de registros narrativos que forman parte del legado de la escritora Adela Fernández se reúne su talento en la literatura en una breve muestra de su trabajo, a través del libro “Cuentos reunidos, Adela Fernández (FCE, 2023)” que por primera vez fue presentado en el marco de la Feria Internacional del Libro en la Universidad de Guanajuato (FILUG) por la editorial Fondo de Cultura Económica.
Terror psicológico, relaciones de personajes con lo malsano, desequilibrio, rechazo, lo fantasmal, la transformación y la duplicación; ambientes sombríos, atmósferas enrarecidas y los territorios de la ensoñación; advierte la sinopsis a la persona lectora acerca de esta recopilación de cuentos, los cuales se describe provienen de un interés por la dimensión mágico-ritual y sobrenatural del pensamiento indígena, instalado en la realidad consciente y cotidiana que causa efectos devastadores para sus personajes.
A su vez, su lectura es recomendada como un buen punto de partida para las personas que tengan interés en conocer, estudiar la narrativa de Adela, así como, realizar una labor crítica de estudio en los archivos que dejo la autora mexicana.
En la presentación se contó con la participación de Luis Eduardo Matías, editor, quien compartió el cómo se gestó este libro: “En el caso de Cuentos reunidos -Adela Fernández (FCE, 2023)- sabemos de boca en boca quién es Adela como narradora” sin embargo, señaló fue necesario incluir un prólogo para quienes no conocen la figura que representó Adela más allá de su familia y el ámbito cinematográfico que influenciaron su escritura.
Añadió: “Todo el legado que dejó Adela Fernández no está esquematizado cuánto de lo que en vida llegó a escribir corresponde a la narrativa breve. (…) Falta que alguien se sumerja en todos los legajos, que clasifique, que ordene, que revise no solo en la narrativa sino qué otros tipos de publicaciones hizo” por lo que compartió desde la editorial se han interesado en esta narrativa escrita, sobre todo la que es escrita por mujeres.
A esta prioridad se sumó la escritora Alejandra Amatto, quien identificó: “Sobre la gran necesidad de editar a escritoras y escritores que durante mucho tiempo permanecieron en una especie de silencio editorial. (…) Autoras como Adela Fernández son necesarias y requeridas en nuestra actualidad para ser leías y ser reivindicadas por lo que a mí me gusta pre destacar tiene que ver con el ejercicio de una gran calidad literaria”.
Asimismo, hizo mención del prólogo escrito por Jazmín Tapia, quien además es académica de la UG: “Un prólogo admirable, dedicado, puntilloso, donde nos posiciona a todos y todas un poco ante el contexto de la autora”, destacó que los prólogos llegan a funcionar como herramientas que acercan a la comprensión global de escritores y escritoras con quienes no se ha tenido un acercamiento.
La prologuista, Jazmín Tapia rescató cómo es Adela Fernández a través de su narrativa y los personajes que habitan en esos universos a los que calificó como inquietantes y a su vez poéticos: “Este universo entre otros está poblado, justamente, la mayoría por niños(as)”, afirmó se trata de una lección efectiva: “La niñez está completamente desacreditada, la figura del niño(a), el eslabón de la cadena de lo social siempre es lo último. Y es ahí en ese pequeño eslabón que constituye el cuerpo de la sociedad donde va a recaer lo fantástico o ellos(as) van a producir lo fantástico, pero también van a recibir toda la crueldad, toda la descomposición del mundo de los adultos”, indicó.