El Dr. Freddy Arturo Magdama Tobar, profesor investigador del Centro de Biotecnología de la Escuela Superior Politécnica del Litoral (ESPOL) mostró a estudiantes de Agronomía de la Universidad de Guanajuato (UG) un enfoque integrado para mitigar la posible incursión de fosauriosis Raza 4 tropical del banano (FOCR4T) que se ha implementado en Ecuador, que es considerada como la enfermedad más letal de las musáceas, debido que puede sobrevivir en el suelo por más de veinte años, sin control efectivo.
El doctor en patología vegetal y agricultura y desarrollo internacional por la Universidad del Estado de Pennsylvania (EE. UU.), explicó que la producción de banano y plátano se encuentra amenazada por la raza del hongo Fusarium oxysporum f.sp. cubense (Foc), agente causal de la marchitez de la planta.
Es el primer invitado al módulo de Agricultura en el Entorno Internacional, dentro de las Jornadas de Agronomía, que organizó la Dra. Ilse Alejandra Huerta Arredondo, profesora de la División de Ciencias de la Vida del Campus Irapuato-Salamanca de la UG.
El investigador, mostró una plataforma integral que creó en conjunto con un equipo de colaboradores(as). Es un aplicativo móvil llamado Fusarium Sensor EC con un modelo triple de información, conocimiento y recomendaciones para equipar al productor con información frente a esta amenaza.
Entre otras opciones, las o los productores reciben notificaciones de capacitaciones e información que pueden descargar de forma gratuita para saber cómo reaccionar frente a una incursión de la enfermedad, y además permite que las o los productores suban fotos de plantas sospechosas.
La raza 4 tropical que es la mayor amenaza para el banano, estaba confinado al sureste asiático, sin embargo, a partir del 2012 comenzaron brotes en India, el medio oriente y Reino Unido. Pero lo más temido sucedió cuando el hongo ingresó a Colombia, Perú y a Venezuela, con casos reportados el 19 de enero de este año.
Ya son tres países en América Latina bajo el embate de la raza 4 tropical, de ahí la importancia de prepararse, para poder identificar suelos infectados, conocer que protocolos de seguridad, ante el riesgo de trasladar material infectado como plántulas o insectos que aún no presentan sintomatología.
Aunque cada epidemia es única, cada país tiene sus sistemas de producción y su propia realidad. Consideró que esta enfermedad requiere un enfoque integral, que incluye a la academia, al estado y a la industria, porque todos los actores necesitan adoptar de forma mancomunada medidas de bioseguridad.
Opinó que no es necesario que llegue la raza 4 para adelantar su embate, se deben trabajar los suelos antes de que llegue el problema a otros territorios, “todas las medidas deben enfocarse en prevenir y el tiempo es nuestro mejor aliado mientras desarrollamos tecnología para mitigar la aparición del hongo”.
Consciente de que tener suelos saludables contribuye a la productividad y al manejo de enfermedades, mostró estudios en los que han evaluado la efectividad de los productos en bioseguridad, para ver las estructuras de resistencia que desarrolla el hongo una vez que está en el suelo.
Aunque la detección temprana es clave para el manejo de la enfermedad, no hay suficiente personal técnico para supervisar las zonas de producción, situación que requiere de implementar tecnologías y que los productores estén capacitados.