“Hay vacunas contra virus, bacterias, incluso se habla ya de turismo espacial, pero no hay vacunas contra hongos” es lo que dice el Dr. Héctor Manuel Mora Montes, investigador de la Universidad de Guanajuato (UG), actual Coordinador del Cuerpo Académico (CA) de Glicobiología en Eucariotas con Énfasis en Hongos Protozoarios.
Esta declaración la hizo en referencia a su trabajo de investigación en el campo de los hongos, pero particularmente por lo que hacen en el CA que coordina, donde estudian la inmunoglicobiología de hongos patógenos, con la cual: “Tratamos de entender como los azúcares y moléculas modificadas con carbohidratos intervienen en el reconocimiento inmune de hongos de importancia médica”, comentó el Dr. Mora Montes.
Lo relevante de estudiar a los hongos desde esta perspectiva, está en que, al igual que muchos otros microorganismos, conviven con nosotros, pero en muchas ocasiones ante cambios en el ambiente o en nuestro cuerpo, pueden infectarnos y dañar los tejidos, por lo que se activa una respuesta inmune. “Entonces lo que tratamos de estudiar es qué elementos de estos hongos son los que son reconocidos por el sistema inmune y ayudar a detenerlos”.
Esta investigación les ha llevado a plantear algunas aplicaciones directas, e incluso patentes, como el desarrollo de moléculas que ayudan a realizar sistemas de detección de los susodichos patógenos e incluso otras moléculas, que pudieran llegar a materializarse en vacunas, para desarrollar estrategias de control biológico, las cuales -como lo mencionó- actualmente no existen, solamente para virus o bacterias.
El investigador puntualizó que los hongos están “dentro de nosotros y sobre nosotros” uno de los ejemplos más conocidos es la Candida albicans, la cual se puede encontrar en todo el tracto intestinal y en cavidades del cuerpo, sobre la piel, y también es el agente causante de la candidiasis vaginal.
En cuanto a agentes que llegan de manera externa, están los que causan la esporotricosis, los cuales pueden entrar a través del contacto con suelos y plantas contaminadas, y es común en personas que trabajan en el campo, quienes pueden sufrir pequeñas heridas que en el momento no son relevantes, pero abren las puertas para que más adelante se dé una infección por hongos. Es por estos motivos que es importante investigar sobre ellos y encontrar una manera de combatirlos.
Patentes para el combate directo de hongos patógenos y de importancia clínica
Una de las patentes que han desarrollado es la de un kit de detección serológica de anticuerpos contra una molécula específica de estos organismos. “Con ese kit lo que hacemos es preguntarle a su sangre si tiene rastros, o no, de haber estado en contacto con estos patógenos y de esa manera ayudamos al diagnóstico clínico”.
También trabajan en un kit de detección, pero en tierras, con lo que esperan poder certificar o dar aviso a los agricultores si sus tierras son aptas o no para trabajarlas, considerando si hay una densidad alta del hongo patógeno en las mismas.
Sus investigaciones han captado el interés de otras instituciones, una de ellas es la Universidad Autónoma de Morelos y la Sociedad Latinoamericana de Glicobiología, con quienes lograron vincularse también al sector salud del estado de Morelos, con lo cual han podido estudiar cepas endémicas de México, organismos poco estudiados hasta ahora, y también han probado compuestos antifúngicos para evaluar su efectividad.
La glicobiología, una disciplina poco conocida
Respecto a su CA, el de Glicobiología con Énfasis en Hongos y Protozoarios, hay actualmente ocho profesore(a)s, quienes trabajan junto a estudiantes, tanto de licenciatura, maestría como doctorado, cuyo interés en estudiar aspectos como la síntesis de azúcares en hongos, otros en protozoarios, sobre todo aquellos que parasitan al ser humano.
Lo relevante de su campo de estudio es que muchas veces sólo se relaciona a los azúcares con la glucosa, la obesidad y la diabetes, pero estas moléculas tienen muchas otras funciones e interacciones con las células del cuerpo humano, las cuales tratan de comprender.
Una peculiaridad de su grupo es que se trata de uno de los más longevos que estudian un tema particular en micología: el metabolismo de hongos, convirtiéndolos en pioneros para lograr descubrimientos, que ahora mismo todavía les falta un largo camino para verse materializados, pero que serán revolucionarios y muy necesarios.