En fechas recientes, el Senador por el Estado de Guanajuato, José Erandi Bermúdez Méndez, presentó una importante iniciativa que propone la inclusión del sistema de escritura Braille en los envases de medicamentos, como un paso crucial hacia la inclusión y empoderamiento de las personas con discapacidad visual.
En un contexto donde el desabasto de medicamentos en México se ha convertido en un problema apremiante, es fundamental no olvidar las necesidades únicas de las personas con discapacidad visual. Según datos proporcionados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de 2.5 millones de personas en nuestro país viven con alguna forma de discapacidad visual y alrededor de 300,000 enfrentan ceguera total.
La inclusión del Braille en los envases permitiría a las personas con discapacidad visual conocer información clave como la fecha de caducidad, expiración o vencimiento de los medicamentos. Esto no solo les brindaría seguridad al momento de utilizarlos correctamente, sino también les otorgaría autonomía para tomar decisiones conscientes y seguras sobre su salud.
“Detrás de cada cifra y estadística hay historias personales de desafío y superación. Imagina a una persona invidente luchando contra una enfermedad crónica en medio del caos del desabasto de medicamentos. Cada día se convierte en una batalla por su salud y bienestar, especialmente cuando no pueden acceder a información clara sobre la fecha de caducidad de los medicamentos. La inclusión del Braille en los envases es más que un acto de igualdad, es un acto de humanidad que marca la diferencia entre la salud y la enfermedad, entre la seguridad y la incertidumbre.”
La modificación de la Ley General de Salud propuesta por el Senador no es simplemente una opción, es un deber que nuestra sociedad debe abrazar. Enfrentar el problema del desabasto de medicamentos y reconocer las dificultades que enfrentan las personas con discapacidad visual es una cuestión de justicia social y derechos humanos.
En un estudio reciente sobre la situación de la salud en México, se encontró que el 33% de las personas invidentes habían tomado medicamentos vencidos debido a la falta de acceso a información en Braille. Este dato pone de manifiesto una realidad que no podemos ignorar. Cada uno de estos casos representa una vida afectada y un derecho a la salud negado.
Si bien modificar la Ley General de Salud es un paso esencial, no es el único. Es necesario promover un cambio cultural a través de la educación y la sensibilización. Tanto los profesionales de la salud como el público en general deben comprender la importancia de brindar información accesible y útil para todas las personas, independientemente de su capacidad visual. La presente reforma es más que un simple acto administrativo, es un recordatorio tangible de que estamos comprometidos con la igualdad, la inclusión y la justicia.