Sonia Herrera Chávez, estudiante de posgrado de Ciencias Químicas en la Universidad de Guanajuato (UG) trabaja en un proyecto para degradar fármacos en aguas residuales, particularmente en aquellos que se utilizaron durante la pandemia por COVID-19.

Su interés en este campo surgió al ser estudiante de la Licenciatura de Químico Farmacéutico Biólogo de la UG. Durante una de las ediciones de Veranos de Investigación -en el 2019- trabajó con el Dr. Juan Manuel Peralta Hernández en investigaciones sobre el tratamiento de aguas residuales. Gracias al enfoque multidisciplinario Sonia realizó su tesis de licenciatura: “Degradación Electroquímica de Colorantes”, y continúo su trabajo en el posgrado.

Las aguas residuales son aquellos flujos de agua que se han visto afectados por acciones del ser humano y requieren tratamientos para ser purificadas y utilizadas para su posterior consumo, tanto para plantas, animales y personas. Es importante puntualizar que una persona al consumir fármacos excreta estos residuos que llegan a ríos, lo que contamina las aguas de riego y el agua que beben los animales.

Por ende, el consumo humano a través de plantas, animales o de manera directa, puede generar problemas renales, o incluso causar cáncer. Por ello, se busca tratar estos elementos para disminuir los impactos en la naturaleza y en el ser humano.

Actualmente, Sonia Herrera trabaja en la degradación de fármacos bajo la dirección del Dr. Juan Manuel Peralta Hernández, cuyo consumo aumentó considerablemente durante la pandemia por COVID-19, lo que significa un gran problema en el ambiente al ser contaminantes orgánicos difíciles de eliminar por métodos de tratamiento convencionales o por los tratamientos que ofrece una planta tratadora común.

Los fármacos después de su consumo cambian debido al proceso del organismo, al ser metabolizados principalmente por el hígado o diversas rutas que generan otros intermediarios. Pueden llegar a ser incluso más tóxicos que el propio fármaco.

Conseguir una degradación en menor tiempo, disminuir intermediarios y hacerlo a un costo más bajo, son objetivos de la investigación realizada por la QFB. Sonia Herrera Chávez, al usar como técnica tratamientos electroquímicos.

En este momento se especializa en la degradación del paracetamol, cuya degradación es más compleja por las sustancias que segrega el organismo al momento de metabolizarlo.

En su investigación, Sonia ha logrado grandes porcentajes de degradación bajo los procesos electroquímicos de oxidación avanzada, mediante tres procesos que permiten degradar o atacar esta molécula ya sea del paracetamol o el fármaco seleccionado

Sobre el consumo de medicamentos y derivado de los resultados de su trabajo, Sonia Herrera explica: “Sí es muy novedosa la parte de las técnicas de oxidación electroquímica avanzadas, pero creo que podrían evitarse si iniciamos un consumo más responsable no solo de fármacos. En general, responsable de cualquier molécula de cualquier cosa que usemos o generemos”.

Cabe recordar que, de acuerdo con la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) la descarga de aguas residuales domésticas, industriales, agrícolas y pecuarias sin tratamiento provoca la contaminación de los cuerpos de agua receptores disminuyendo la calidad de las aguas superficiales y subterráneas, lo que pone en riesgo la salud de la población y la integridad de los ecosistemas.