En 1994, un grupo de 32 estudiantes participaba en el Verano de Investigación Científica de la Universidad de Guanajuato (UG), el cual abrió nuevas oportunidades a jóvenes de licenciatura por primera vez en una universidad estatal. Numerosas generaciones han encontrado su vocación científica en este encuentro anual, consolidado como un referente nacional desde su origen y en cuya última edición (2024) recibió a más mil 400 estudiantes y 505 docentes.

El programa estuvo inspirado en un verano organizado la Academia Mexicana de Ciencias (AMC) en 1991, el cual logró un rotundo éxito. El esquema era audaz para su época: invitar a estudiantes de licenciatura a pasar sus vacaciones trabajando en un proyecto propuesto por prestigioso(a)s investigadore(a)s.  Al término de la estancia, debían exponer los resultados obtenidos en un congreso. “Era interesantísimo ver cómo alguien que seis semanas atrás no tenía idea del tema, se paraba frente a una audiencia con profesores y estudiantes a hablar durante media hora y presentar gráficas, resultados, conclusiones y responder preguntas”, recuerda el Dr. Juvencio Robles García, uno de los investigadores que participó en el primer Verano de Investigación Científica de la UG.

En la década de los 90, desarrollar investigación no era prioridad de las universidades públicas estatales, por lo que fue fundamental la visión de la Dra. Guadalupe Gómez Villegas, entonces Coordinadora General de Investigación de la UG. Primero, integró un consejo editorial de la revista Acta Universitaria con destacados investigadores de diversas áreas del conocimiento, mismo que fungió como apoyo para impulsar varios proyectos. “Nos dio chamba como de 40 mil cosas, muchas no tenían nada que ver con la revista y una de ellas fue la idea de echar a andar el verano estatal de investigación”, detalló el Dr. Juvencio.

Así, junto a académico(a)s tan destacados como los doctores Octavio Obregón, Pedro Luis López de Alba, Luis Fernando Anaya y José Luis Lucio Martínez, entre otro(a)s, se coordinó el primer Verano de la Investigación Científica de la UG, “un instrumento para motivar a los jóvenes guanajuatenses a proseguir estudios de posgrado y, eventualmente, hacia la carrera de investigación”, según se lee en las Memorias de este evento. “El fruto del trabajo realizado durante este verano tiene diferentes etapas de manifestación: algunas son inmediatas y otras se verán en un mediano o largo plazo”, detalla el mismo documento.

No se equivocaron. En opinión del Dr. Juvencio Robles, fue un detonante para el desarrollo de nuevas generaciones de científicos y propició que crecieran los programas de posgrado en la UG, pues quienes participaban en los proyectos de investigación querían continuar en ese camino al concluir sus estudios de licenciatura. “Creo que se sembró una semilla que fue muy exitosa… Era una experiencia intensa, pero se lograban resultados”, relató.

El aprendizaje también fue para las y los profesores. Al detonarse el interés en la investigación, fue evidente la necesidad de hacer gestión para obtener más recursos. “También nos tuvimos que educar en eso, aprender a meter proyectos, hacerlos más competitivos”, reconoce el Dr. Juvencio, pues antes se pensaba tener como competencia a investigadores del entonces D.F., pero los estándares solicitados eran los mismos que se pedían en Europa y en Estados Unidos. “Tienes que acostumbrarte a ir jugando a las ligas mayores”, expresó. 

En consecuencia, las exigencias para las y los estudiantes que participaban en los Veranos fueron más altas, lo cual también les abrió más puertas. Por ejemplo, el hecho de manejar instrumental les permitía insertarse mejor en la industria.

Este programa favoreció la integración de la comunidad científica de la UG, el desarrollo de proyectos conjuntos y multidisciplinarios. Para quienes participan, es una experiencia que les deja grandes aprendizajes, “aunque ya después no quieran hacer investigación; van a conocer a profesores, estudiantes, otras áreas, otras temáticas”, sostiene el Dr. Robles.

La UG fue el primer referente para las universidades públicas estatales. Desde 1994, solo hubo una pausa (en 2020) de los “Veranos UG”, debido a la pandemia. Actualmente, casi todas cuentan con su propio programa. El de “la Colmena”, desde su primera edición, aceptó a una estudiante externa y sigue recibiendo a jóvenes de todo el país, incluso del extranjero. Como parte de su evolución, se han fortalecido vínculos con otras instituciones, como el Centro de Investigación en Matemáticas (CIMAT), el Centro de Innovación Aplicada en Tecnologías Competitivas (CIATEC) y el Centro de Investigaciones en Óptica (CIO).

A tres décadas de su origen, el Dr. Juvencio Robles afirma: “Creo que hay que felicitar a quien hoy es el área responsable de los Veranos, la Dirección de Apoyo a la Investigación y al Posgrado, y a quienes formaron parte de la Coordinación de Investigación con la Dra. Guadalupe Gómez Villegas, quien tiene el mérito de haberlo echado a andar”.

La convocatoria para participar en esta XXX edición del Verano de Investigación Científica de la UG seguirá abierta hasta el 16 de marzo y puede consultarse en https://www.ugto.mx/investigacionyposgrado/veranos/.