El Ensamble Alma, conformado por seis mujeres provenientes de distintos países, cuatro de ellas intérpretes de la Orquesta Sinfónica de la Universidad de Guanajuato (OSUG), ofreció un concierto, este viernes en el Teatro Principal, donde se exaltó la belleza de los instrumentos de viento y de cuerdas con piezas creadas, en su mayoría, por compositoras.

La agrupación, integrada por Laura Gracia en la flauta, Katherine Snelling en el fagot, Claire Hellweg en el corno, Urpi Holguín en el violín, Valeria Blanco Mota en el violín y Djamilia Rovinskaia en la viola, todas músicas de gran trayectoria, busca reconocer el papel femenino en esta arte.

Si bien el evento inició con dos obras de compositores masculinos, las piezas fueron un preámbulo propicio para el resto de la velada. Primeramente, se ejecutó el Trío para barytón no. 3 en la mayor, de Franz Joseph Haydn, con una adaptación para flauta, fagot y corno. El baryton es una especie de bajo de viola, conocido en italiano como viola di bordone, que posee seis cuerdas frotadas y un número variable de cuerdas resonantes en su mástil hueco que pueden ser punteadas. Este instrumento se empleó principalmente en las naciones de habla alemana, pero hay indicios de que pudo haber sido inventado en Inglaterra. Las composiciones más antiguas son de la autoría de J.G. Krause, quien lo llamaba ‘viola paradon’.

En seguida, se dio paso al Terzetto en do mayor, Op. 74, de Antonín Dvorak, para dos violines y una viola, partitura dedicada por el compositor a Josef Kruis, estudiante de Química y violinista aficionado, y Jan Pelikán, violinista profesional y profesor del primero, con quien Dvořák solía tocar la viola.

Las composiciones hechas por mujeres comenzaron con el estreno mundial de Kojiki, para corno, fagot y cuerdas, de Leticia Armijo, inspirada en el libro más antiguo de Japón que encierra los principios de la filosofía sintoístas y significa ‘el camino hacia la divinidad’. El primer movimiento describe la esencia de los seres inanimados que habitan en la naturaleza; el segundo representa a la diosa del Sol con elementos de la música tradicional de México, de Japón y elementos contemporáneos. 

Leticia Armijo es una prolífica compositora mexicana, cuyas obras han sido interpretadas por reconocidos concertistas en México, Francia, Japón, Lisboa, Cuba, España, Austria y Chile. Fue acreedora de la presea Trayectoria 2013, por su contribución al acervo musical mexicano, otorgado por la Sociedad de Autores y Compositores de México, y, en 2017, el Premio Juana Belén Gutiérrez de Mendoza, del Frente Feminista Nacional, por su comprometida trayectoria en pro al avance de los derechos humanos de las mujeres. Además, es directora del Colectivo Mujeres en la Música A. C., Coordinadora Internacional de Mujeres en el Arte, del Encuentro Internacional e lberoamericano de Mujeres en el Arte, y de Yolotli, Coro de Mujeres de los Pueblos Indígenas de México.

Luego del intermedio, siguió Nathan, fantasía para flauta sola, de Nubia Jaime-Donjuan, compositora sonorense y activa ejecutante del violoncello. La obra crea un ambiente de lirismo expresivo con técnicas modernas de ejecución en unos cuantos pasajes, y está dedicada el flautista Nathan Meaney, con quien se realizó su estreno en 2022. 

Parte importante del trabajo creativo de Jaime-Donjuan se basa en la toma de conciencia y puesta en valor de las cualidades y características de su origen y de su entorno natural. La artista es integrante de “Las Montoneras”, colectivo de mujeres que tocan, componen e investigan para dar visibilidad y relevancia a la presencia femenina en el ámbito cultural y musical. En 2021, ella fue la primera mujer en ganar el Concurso de Composición Arturo Márquez para Orquesta de Cámara, con la obra titulada Maso Ye’Eme.

Posteriormente, se interpretaron obras contemporáneas de artistas estadounidenses: Skin and bones, para flauta, corno y grabación (de audio en medios fijos), de la clarinetista Beth Weimann, y Four two-bit contraptions, para flauta y corno, del pianista y cornista Jan Bach, creada para la cornista Nancy Booth Stringer y la flautista Mary Delano Sholkovitz mientras tocaba en la Banda del Ejército de los Estados Unidos, donde impera el sentido del humor, particularmente en el título (‘contraption’ significa ‘máquina o aparato raro y complicado’; la expresión ‘two-bit’ describe algo ‘sin valor, insignificante o barato’).

Cerca del final, se presentó el Dúo no. 3 en fa mayor, para fagot y viola, de Felice Giardini, violinista y compositor italiano de ascendencia francesa, cuya iniciación musical ocurrió con el clavecín, instrumento que dejó para exponer su virtuosismo en el violín, del cual se convirtió en profesor y para el que escribió amplios libros de instrucción y ejercicios, además del violoncello.

Por último, la agrupación hizo gala de su talento con Divertimento en sol mayor, para flauta, corno, violín, viola y cello (fagot) de, Michael Haydn, una de las pocas piezas de cámara en el catálogo del compositor, interesante por la combinación de instrumentos de cuerda y aliento en tonalidades mayores, rasgo distintivo en su obra.

El próximo concierto de solistas será el viernes 16 de mayo con el Ensamble Mooti, integrado por cinco intérpretes de instrumentos de cuerdas. La siguiente semana, la OSUG presentará su quinto programa de la temporada en el Teatro Juárez, con obras de Moncayo, Schumann y un estreno mundial de Kostakowsky para conmemorar el Día de la primavera y la paz. Los boletos pueden adquirirse en la taquilla del teatro.