Guanajuato, Gto., a marzo de 2021.- Con una vocación que surgió al conocer cómo se trabaja en un laboratorio, la Dra. Nadia Romero, académica en el Departamento de Matemáticas de la Universidad de Guanajuato, es un ejemplo de la constancia y el trabajo arduo que implica hacer ciencia.

Fue gracias a un programa que buscaba acercar a jóvenes estudiantes a la investigación que conoció cómo se hace ciencia en un laboratorio: “ahí todo era nuevo e interesante para mí”, recuerda la Dra. en Matemáticas, quien hasta entonces había mostrado más interés en las disciplinas sociales.

Su primera opción fue estudiar Química, pero durante la carrera descubrió lo que realmente le interesaba: las matemáticas. Reconoce que surgieron varias dudas: ¿me va a ir bien? ¿en dónde voy a trabajar?, y sobre todo: ¿voy a poder? El miedo se fue despejando, por eso afirma que “hay que aventarse por lo que nos gusta y apasiona, los resultados buenos estarán ahí, aunque cueste trabajo”.

Durante una estancia posdoctoral en la Universidad de Beykent, en Turquía, vivió una de las experiencias más gratificantes a nivel profesional, mientras trabajaban en una conjetura matemática y su trabajo demostró que la propuesta que planteaban como solución, era realmente un contraejemplo.

Al respecto, señala que “en matemáticas hay gente muy brillante, que rápidamente empieza a resolver cosas. Otras personas, como yo, necesitamos primero trabajar mucho, antes de poder hacer una contribución”. Por eso recuerda la emoción que sintió al publicar los resultados de su investigación.

Esa contribución le abrió las puertas para hacer una estancia posdoctoral en Suiza, en la Escuela Politécnica Federal de Lausana, en donde estuvo antes de incorporarse al Departamento de Matemáticas en el Campus Guanajuato de la UG.

Aunque reconoce que faltan mujeres haciendo investigación y en las universidades en el área de matemáticas, afirma que nunca tuvo ningún impedimento para estudiar esta carrera por el hecho de ser mujer, pues desde el principio recibió mucho apoyo. Ha tenido la fortuna de trabajar con personas que “ni ven si eres mujer o eres hombre. Les interesan las preguntas, las ideas, los resultados”.

Sin embargo, reconoce que hay una disparidad clara, pues aunque a nivel global es evidente que ha aumentado el número de alumnas estudiando matemáticas, no se han incorporado en la misma medida al ámbito laboral.

Por ello, desde las aulas, exhorta a las estudiantes interesadas en la ciencia a ser perseverantes. “Si esto es lo que nos gusta y apasiona hay que seguir nuestro objetivo, no hay que tener miedo, hay que romper esas ideas, y tampoco temer al cambio”, finalizó.

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