Guanajuato, Gto., a 18 de marzo de 2021.-Noé Alonso Rodríguez Martínez, buscaba opciones para seguir estudiando. Sin embargo, sus circunstancias económicas representaban un importante obstáculo para cumplir su sueño. Hasta que se presentó una inesperada oportunidad.
El joven originario de San Diego de la Unión quería ingresar a la universidad, por lo que su principal alternativa era estudiar y trabajar. Fue entonces cuando uno de sus profesores de bachillerato le habló del Programa de Equidad Regional, que otorga apoyo económico para estudiar en la institución educativa más importante del estado: la Universidad de Guanajuato.
En agosto de 2016 recibió la gran noticia: formaría parte de la primera generación del programa, como alumno de Ingeniería Civil. La beca le permitiría cubrir sus gastos de manutención, y tendría acceso a una red de apoyos para potencializar su formación profesional y su desarrollo personal.
Al llegar a Guanajuato, notó el cambio entre la cultura, la gente, y sus costumbres. Sin embargo, le gustaron, sobre todo la posibilidad de asistir a eventos culturales tan representativos como el Festival Internacional Cervantino.
Desde el 2016 se esforzó para aprovechar esta oportunidad, en la que se sentía acompañado por las tutorías, consejos y diversas experiencias de las y los profesores, que hicieron más sencillo el proceso.
Cada vez que sentía flaquear, recordaba las palabras de su madre que lo motivaban para continuar cada día, pues no quería decepcionarla a ella, a sus hermanas o a su padre, quien siempre comentaba lo contento que se sentía, porque su hijo estudiaba una carrera, y pregonaba: “Él va a llegar a ser lo que él quiera ser”.
En cada meta que alcanzaba durante su trayecto académico, Noé no dejaba de pensar en tener un buen desempeño, sin perder la sencillez, los ánimos de ayudar a la gente y su meta de rescatar las tradiciones de su comunidad, un compromiso que adquirió al ser beneficiario del Programa de Equidad Regional.
Durante cuatro años de enfrentar grandes complejidades como el reto de adaptarse al cambio, al estilo de vida, e incluso de alimentación, también tuvo muchas satisfacciones.
Lo superó. Ahora Noé es un ejemplo para jóvenes de su comunidad, está a punto de egresar de Ingeniería Civil, lo que le representa felicidad, satisfacción, pero también un gran compromiso consigo mismo, porque ahora pondrá en práctica todo lo que ha aprendido.