Para salvaguardar una de las
tradiciones más arraigadas entre las y los irapuatenses, autoridades declararon
como Patrimonio Cultural Inmaterial fiesta de los Barrios.
Esta fiesta inicio en el año de 1880 a propuesta del párroco Juan Nepomuceno
García como una pequeña celebración para conmemorar el novenario de la
Virgen de Guadalupe, previo al 12 de diciembre.
Los principales invitados, eran los vecinos de los barrios o colonias aledañas al
templo del puente de Guadalupe en la Calzada Insurgentes, quienes se
turnaban por días para realizar rosarios o ceremonias religiosas.
Las calles, eran adornadas con papeles y flores de papel en múltiples colores, la
música, también se hacía presente con pequeños grupos de música en vivo que
recorrían las avenidas en busca de cantar las mañanitas a la virgen.
La frase “A los barrios no se invita, se llega” comenzó a popularizarse entre los
habitantes que sin importar la procedencia de los asistentes abrían las puertas
de sus casas para ofrecerles una taza de ponche, un plato de pozole, tostadas,
entre otros platillos típicos.
Poco a poco y con el paso de los años se convirtió en una festividad en donde el
objetivo principal era la unión entre los miembros de la comunidad, familia y
amigos, una tradición que ha evolucionado y pasado de generación en
generación.
De ser un evento religioso, se convirtió en reuniones sociales, la ocasión
perfecta para que las y los iraputenses se pudieran rencontrar con seres
queridos que residen en otros estados o el extranjero, una fiesta que es muestra
de arraigo e identidad en la capital fresera.
Gracias a su perpetuación, miembros del Instituto Municipal de Cultura, Arte y
Recreación propusieron al Ayuntamiento reconocerla como Patrimonio Cultural
Inmaterial del municipio.