Alan Gerardo Villafaña Vargas, estudiante de la Escuela de Nivel Medio Superior (ENMS) de Irapuato, de la Universidad de Guanajuato, iniciará el próximo viernes 22 de marzo su participación en el Campeonato Centroamericano y del Caribe de Karate, a realizarse del 18 al 24 de marzo en Managua, Nicaragua, por haber clasificado como uno de los dos mejores deportistas en su categoría a nivel nacional.

Con seis años, Alan incursionó en el mundo del karate. Su constancia a lo largo de una década lo hizo merecedor en 2023 del Premio de la Federación Mexicana de Karate (FEMEKA) por haber obtenido el segundo lugar en la edición anterior de dicho Campeonato, al igual que en el Campeonato Mundial de la Youth League.

El joven deportista entrena seis veces a la semana como preparación para la competencia practicando técnicas de combate, ejercicios de movilidad y fortalecimiento de su condición física con tres senséis, Christian Imperial, Gustavo Juárez y Roberto Cordero, y un compañero de combate, Bruno Loaiza. Entre las figuras del karate que lo inspiran, se encuentra Rafael Aghayev, así como numerosos competidores mexicanos a quienes ha tenido la oportunidad de conocer y observar a lo largo de su trayectoria.

El competidor comenta los sacrificios en cuanto a la vida social característica de un adolescente a causa del tiempo para el entrenamiento y la concentración, más reconoce la valía de estos: “el karate es una disciplina que me ha ayudado en la vida diaria, he adoptado demasiadas cosas: puntualidad, disciplina… me ha ayudado mucho; no imagino mi vida sin el karate”.

Como desafíos para su desarrollo deportivo, refiere las lesiones físicas propias de la actividad y, sobre todo, el financiamiento económico para la compra de equipo, participación y traslado a torneos, pago de entrenadores y rehabilitación física, entre otros requerimientos, puesto que es complicado acceder a patrocinios.

Villafaña reconoce el apoyo constante de su familia y amigos para recaudar los fondos necesarios mediante diversas estrategias, particularmente el acompañamiento de su madre, su padre y uno de sus entrenadores, Christian Imperial, quienes lo han motivado desde la infancia.

“He practicado otros deportes, pero este es el que quise seguir”, comenta y expresa la emoción, adrenalina y responsabilidad que siente al representar a todo el país en una competencia internacional. También relata una experiencia crucial para su desempeño durante el año pasado en Santiago de Chile, donde, aunque no logró obtener una medalla, adquirió importantes aprendizajes sobre sí mismo y su determinación. Esta vez “voy a entregar todo, que no quede de mí”, comenta.

Además del deporte, Alan desea continuar sus estudios universitarios, después de concluir la preparatoria, en el ámbito del comercio internacional y aconseja para las y los jóvenes en su rango de edad: “si tienen una meta o un sueño que deseen cumplir, persíganlo, no se detengan por nada, sigan adelante y poco a poco van a ver resultados”.