Científicos mexicanos crearon un proceso para transferir vitamina A a nanopartículas que puede convertirse en un medicamento para malestares oftálmicos único en el mundo por el nivel de absorción de la vitamina.
Alberto Gutiérrez Becerra y David Alejandro López de la Mora, académicos de la Universidad de Guadalajara, en el oeste de México, lograron crear esta sustancia que ayudaría a que el sistema visual absorba mejor la vitamina A, que ayuda a producir los pigmentos del ojo.
Esta vitamina es un nutriente importante para la visión y se encuentra comúnmente en alimentos como la zanahoria, la espinaca, los productos lácteos y el hígado.
López de la Mora explicó que tanto los alimentos, como los suplementos alimenticios que una persona ingiere y los medicamentos que son recetados por los oftalmólogos no logran que el ojo absorba la vitamina A ni siquiera en un 10 %, pues esta sustancia se va en mayor proporción al hígado, antes que a la vista.
Con esta innovación los científicos lograron que el nutriente llegue 100 % al ojo en forma de gotas cristalinas.
Las nanopartículas son materiales 30 mil veces más pequeñas que una célula de sangre, esto permite que las sustancias crucen la barrera celular fácilmente y ayudan a un mayor aprovechamiento del compuesto que contienen.
Los especialistas explicaron que hasta ahora no existe un fármaco cristalino que tenga estas propiedades, pues, por lo general, los médicos recetan gotas con metilcelulosa o ungüentos que son molestos para la visión.
Los medicamentos con metilcelulosa suelen ser efectivos para tratar algunos síntomas relacionados con el ojo o con cirugías de tipo láser, pero no contienen la vitamina A, indispensable para la recuperación de este órgano, aseguró López de la Mora.
“Pensamos que podríamos encapsular la vitamina para dirigirla a un producto oftálmico y de esa manera generar una innovación pues no existe en el mundo la vitamina A cristalina y oftálmica, totalmente líquida, y creímos que podría resolver un gran problema y que hacerlo con nanopartícula pudiese impactar en un bajo costo”, explicó el especialista.
Los universitarios están en trámites para obtener la patente ante el Instituto Mexicano de Propiedad Intelectual y con ello poder transferir la tecnología a alguna empresa farmacéutica que quiera producir este tipo de medicamentos.