La imaginación y el talento artístico se aprecian en la exposición “De los mayas al manga”, que incluye mangas digitales, paisajes sonoros e instalaciones creadas por las y los estudiantes del programa de Licenciatura en Artes Digitales de la Universidad de Guanajuato (UG).
Desde su perspectiva, abordan la cultura maya, la cual abarca aproximadamente 3,600 años divididos en tres grandes periodos, desde el preclásico hasta el post-clásico (desde el año 2000 a. C. hasta la conquista de los españoles en 1527 d. C.). Las y los artistas tratan de conectar esa cultura antiquísima con el manga, que data del siglo XIX de nuestra era.
De esa forma, logran explorar la cultura maya para plasmarla en obra gráfica, sonora o en una instalación con técnicas desarrolladas en las Unidadades de Aprendizaje “Administración y Gestión de Proyectos Digitales” y “Proyectos de Instalación” que imparte el Dr. Reynaldo Thompson López, profesor-investigador de la División de Ingenierías del Campus Irapuato-Salamanca.
La alumna Gabriela Guadalupe Morales Juárez, autora de “Mundos Entrelazados”, grabó un paisaje sonoro que relata la diversidad étnica entre los mangas y los mayas. Seleccionó un poema maya con elementos musicales y añadió la parte más moderna de Japón, como el anime y el manga, intentado unificar cualidades sonoras de ambas culturas.
Otro paisaje sonoro es “Tránsito al Xibalbá”, que representa el tránsito vida-muerte, de la alumna Samantha Gándara, quien también es autora del manga digital “Flecha cantora de Jade”. La obra busca sumergir al espectador en un viaje de transición que parte de lo terrestre, superficial y mundano para transitar al espacio espiritual del inframundo de los mayas, denominado Xibalbá, lugar de purificación del alma que adentra en espacios violentos conocidos como las ‘casas del tormento’, donde los miedos y el coraje purifican el alma en su regreso a la vida.
La instalación “Mayas sin culpa” invita a un proceso sensorial y reflexivo al proyectar, en el torso de un maniquí, diferentes imágenes alusivas a los pecados capitales de la tradición cristiana. Busca motivar la reflexión del concepto del pecado introducido por la cultura occidental a través de la religión, que es un concepto inexistente en la cultura maya antigua. Esta primera idea de pecado se puede apreciar en contraposición a la cosmovisión del Xibalbá, un tema cargado de espiritualidad y simbolismo. Los autores de la obra son Karmina López García, Felipe Villafán y Arturo Flores. En esa obra, al manipular la luz, estimulan los sentidos y la percepción del espacio; se induce a la reflexión con la integración de elementos sensoriales, invitando al espectador a cuestionarse su relación con las creencias contemporáneas y el mundo simbólico y místico de aquella civilización.
‘Manga’ es la palabra que se usa en el lenguaje japonés para las historietas en general. El manga como tal se creó durante un periodo de apertura económica y cultural en Japón entre 1868 y 1912. Las historietas se leen de izquierda a derecha.
Los trabajos con esa técnica fueron realizados por varias alumnas, como Cecilia Figueroa, quien realizó el manga “Kuxum”, Paola Santoyo creó el manga “Flor de mayo”, Paula Diez Barroso desarrolló la historieta de “los Aluxes” y Abril de la Rosa realizó la ilustración digital “Tlamantini Ixpolotl” relacionado con el mundo náhuatl (un ‘tlamantini’ era un hombre sabio).
“De los mayas al manga” se encuentra en Versus Jardín de Té, en Valle de Santiago, Gto., donde se puden apreciar los trabajos de las y los estudiantes del Dr. Reynaldo Thompson, quien recordó que los mayas fueron los inventores del numeral cero, el color azúl y la domesticación del árbol del cacao, además de espléndidas obras arquitectónicas y literarias como el Popol Vuh, el Chilam Balam, reliquias escultóricas y murales de gran trascendencia en la iconografía y simbología, sin las cuales no se podría entender el misticismo y cosmovisión del pasado.
Actualmente, la cultura maya sigue presente en el arte textil, culinario o lingüístico, además de sus magníficas obras urbanas y arquitectónicas. La paradoja que esta exposición explora es el gran desconocimiento de la cultura maya, particularmente entre jóvenes generaciones, que, por otro lado, demuestran una gran familiaridad con las historias de los mangas con las que pueden conectar. Es así como esta exhibición trata de sintetizar la cultura mesoamericana con la cultura popular japonesa.