Con la propuesta de aprovechar residuos orgánicos provenientes de frutas y vegetales para la generación de energías alternas viables, menos contaminantes y económicamente accesibles, académicos y estudiantes de Química y Químico Farmacéutico Biólogo (QFB) de la Universidad de Guanajuato (UG) trabajan en beneficio al medio ambiente y fomento a la economía circular.
El Dr. Fernando Israel Gómez Castro y el Dr. Guillermo Manuel González Guerra, profesores de la División de Ciencias Exactas (DCNE) encabezan una investigación sobre procesos de aprovechamiento de biomasa para producir biocombustibles.
La intención es “contribuir al aprovechamiento de un residuo, que si no se le diera ese aprovechamiento se convierte en un problema de contaminación, se busca eliminar esas problemáticas”, dijo el Dr. Gómez Castro.
La apuesta por el uso de residuos orgánicos como materia prima, a diferencia de los biocombustibles de primera generación obtenidos de la caña de azúcar o maíz, es que significan un menor costo al ser una oportunidad en el aprovechamiento de residuos. Además de la disminución del impacto por la emisión de contaminantes.
Los biocombustibles son fuentes de energía que se obtienen a partir de material renovable. Una de las principales diferencias con los combustibles fósiles, los cuales se obtienen del petróleo (materia prima no renovable), es que al provenir de la biomasa obtenida del cultivo u otros materiales orgánicos, estos se producen de manera continua y se regeneran.
Este proyecto en el que utilizan residuos obtenidos de centrales de abasto, mercados, fruterías o verdulerías inició durante la pandemia. Su desarrollo se intensificó gracias al aporte de estudiantes que se sumaron al proyecto a través de los Veranos de la Ciencia UG 2022. Esto ha permitido trabajar en una metodología reproducible de bioetanol y la obtención de este.
Al respecto, el Dr. Guillermo González, se refirió a las áreas de oportunidad en la generación y acceso a estos materiales, pues en México se carece de una legislación que se establezca el tratamiento que se le debe dar en particular a este tipo residuos orgánicos.
“Los residuos orgánicos como de frutas y vegetales también contienen materiales que son candidatos para la obtención de biocombustibles y precisamente tomando en cuenta esta gran variabilidad de materias primas no podemos enfocarnos o depender de un solo tipo de materia, necesitamos diversificar. (…) Dado que particularmente en América Latina, lamentablemente la cantidad de frutas y vegetales que se desecha es muy alta”, comenta el Dr. Gómez Castro.
Con ello, el también profesor del nivel medio superior, González Guerra, comparte que han explorado partir de la identificación de residuos que se llegan a producir en mayor cantidad en cultivo y/o por temporada.
“Cualquier tipo de fruta o vegetal que sea rico en azúcares podemos utilizarlos para realizar la metodología necesaria y la obtención de biocombustibles. Estos últimos meses nos hemos basado en la utilización de la zanahoria, de la cebolla, ya que estos presentan una gran cantidad de los residuos de la agricultura, pero también existen el mango o la naranja que representan una gran cantidad en los residuos de los mercados”.
A la participación de estudiantes en el proyecto de investigación se suma la colaboración social, ejemplo de ello es la respuesta que han tenido de comerciantes del Mercado Hidalgo en Guanajuato capital, así como de agricultores de Irapuato. Aportaciones que muestran la confianza de la sociedad en este tipo de proyectos.
“Ha sido muy importante y seguirá siendo esta unión entre los distintos sectores involucrados. (…) Y que resulta indispensable, para ir más allá de lo académico, ha habido un trabajo muy fuerte por parte de los estudiantes que han estado metidos en el laboratorio, ha habido un gran apoyo por parte de las personas de las centrales de abasto, de los mercados”, recalcó el Dr. Gómez Castro.
Por ello, el académico invitó a visualizar el biocombustible como una potencial alternativa: “Ya hay estudios previos de otros grupos de investigación y se ha verificado que el tipo de combustible que estamos obteniendo es aplicable para distintos vehículos de motor, vehículos en general que funcionan actualmente con gasolina, pueden funcionar con una proporción del biocombustible”.
Con dichos antecedentes se busca que la obtención del biocombustible que se trabaja en la UG sea similar en la generación de una potencia adecuada en los motores.
Para hacer posible estas investigaciones los académicos coinciden en la importancia que tiene la Universidad de Guanajuato: “Para alimentar las vocaciones científicas, apoyarnos como profesores, y ser el vínculo con la sociedad y como lo menciona el doctor Fernando, hasta llegar al punto de la industria (…) tenemos un gran reto, una gran responsabilidad de poder dar las herramientas tanto metodológicas como de difusión para hacer estos sueños realidad”, expuso el doctor Guillermo González Guerra.