“La violencia en contra de las mujeres es una realidad que indigna, un crimen que destruye, una tragedia que no sólo daña a sus víctimas directas, sino que fractura a las comunidades y debilita a toda la sociedad”, aseveró Cristina Márquez Alcalá, diputada local por el PAN.
Al hacer uso de la tribuna, afirmó que no hay justificación ni pretexto para permitir una agresión en contra de una mujer, conducta que, lamentablemente, se presenta en todo el país y donde Guanajuato no es ajeno.
Márquez Alcalá señaló que si a un agresor no se le castiga o sanciona, se envía una señal a la sociedad de corrupción e ineficacia del sistema político, legislativo, institucional y social, lo que permitirá más violencia y un círculo vicioso que ahoga a México.
Recordó que, en el marco de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer en las entidades federativas se escucharon los reclamos, que a través de las movilizaciones de miles de mexicanas, exigieron respeto a sus derechos humanos para trabajar, estudiar, emprender, expresar y vivir.
“Desde Guanajuato quisiéramos decir que ya está todo hecho, que ya hemos cumplido al 100% con la tarea y que hemos desterrado este doloroso fenómeno de violencia y de misoginia, pero no podemos auto engañarnos; queda mucho por hacer, y no podemos hacerlo solas”, refirió.
La legisladora de Acción Nacional manifestó que quienes forma parte del servicio público, sin importar colores o partidos, tienen la obligación de actuar desde los diferentes ámbitos de competencia para eliminar las brechas de desigualdad y evitar los patrones de violencia y discriminación.
“Con esta convicción, que trasciende colores, ubicaciones ideológicas y coyunturas políticas, convoquemos desde la tribuna más alta de nuestro estado a todos los niveles de gobierno, a todos los poderes, a todos los partidos, todos los servidores públicos, mujeres y hombres por igual, a cumplir plenamente con lo que nos indica la ley y nos exige la realidad”, propuso.
La diputada Cristina Márquez mencionó que el Congreso del Estado seguirá perfeccionando la ley, conscientes de que no se trata de añadir reformas para presumir cifras, sino de construir normas que realmente hagan la diferencia en defensa de los derechos de las mujeres, desde el primer momento y hasta el final de su vida.
“En esa gran coincidencia, las mujeres del Congreso y del estado juntas exijamos y construyamos, tanto en las leyes como en la vida cotidiana, una realidad de igualdad y de bien común”, finalizó.