Esta mañana el Gobierno Municipal retiró la escultura
de “Agustín de Iturbide” que a inicios de septiembre de este año fue colocada, y
que ante el caso omiso de las recomendaciones del propio escultor sobre las
especificaciones para el basamento, es manifiesto la serie de anomalías en la
construcción del este, por lo que representaban un peligro de colapso.
Fueron los propios creadores de la escultura quienes proporcionaron y anticiparon
los requerimientos necesarios para el basamento, pues en su propuesta detallaron
que ésta mediría 380 x 400 x 200 centímetros, por lo que el basamento debería
ser de 380 cm de alto, 300 cm de largo y 150 cm de ancho. Toda vez que la
construcción de la base era competencia de la Administración Municipal.
En la explanada de la glorieta del Monumento al Bicentenario, la administración
municipal 2018-2021 construyó el montículo en que reposaría la estatua de
“Agustín de Iturbide” sobre un equino, cuyo proceso fue de manera incorrecta, ya
que no existe cimentación adecuada para soportar el peso de la escultura.
De igual forma, es visible que no poseía un correcto soporte estructural en
horizontal y vertical en la parte trasera del mismo por lo que es inestable y existía
un riesgo de colapso. Incluso los castillos del basamento estaban a la vista, y que
también representan un riesgo para la estructura.
Respecto a los muros, no tienen un soporte adecuado, se puede apreciar que son
del denominado “tabicón ligero”, incluso hay pedazos en el piso que dejan ver el
riesgo de caerse; el “junteo” se desprende con facilidad y los acabados son pobres
en su consistencia y calidad.
Por lo anterior, según el dictamen realizado por la Secretaría de Obras Públicas y
Desarrollo Urbano de la actual Administración Municipal, se determinó que el
riesgo no se reduce con un simple acordonamiento o reacomodo, es necesario el
retiro de la efigie y realizar la demolición del basamento por completo.

Las fallas evidentes presentadas son resultado del inexistente análisis estructural
previo, a detalle como mandata un correcto proceso constructivo que proporcione
las condiciones adecuadas de seguridad tanto para la efigie como para los
transeúntes de la zona.
Hasta ahora no existe una nueva ubicación para la escultura, misma que
representó un gasto de un millón de pesos, por lo que por el momento será
resguardada.