Guanajuato, Gto., a febrero de 2021.- El 11 de febrero, Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, se estableció para reconocer la participación plena y equitativa en la ciencia, sin distinción de género. En esta búsqueda de espacios resulta fundamental el trabajo que desde diversas áreas aportan investigadoras como Alma Xóchitl González Morales, doctora en Astrofísica y académica en el Campus León de la Universidad de Guanajuato (UG). Especialista en cosmología, la Dra. González Morales forma parte del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) y colabora en proyectos internacionales como el Dark Energy Spectroscopic Instrument (DESI), con el que se genera el mapa tridimensional más grande del mundo. Además, actualmente está en la búsqueda de formar parte del proyecto del telescopio Vera C. Rubin Observatory, el primer instrumento astronómico que se nombra en honor a una investigadora pionera en el estudio de la materia oscura.
Entrevistada en el marco del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, compartió cómo encontró su vocación.
¿Podría hablarnos de su primer recuerdo o acercamiento con la ciencia?
No fue un deseo desde niña, pues no sabía que podía hacer una carrera en ello, pero a lo largo de mi historia académica las materias que más me atraparon fue física y matemáticas. […] Descubrí que la ciencia básica era mi pasión en la preparatoria cuando en una clase de inglés tenía que buscar temas para exponer, los que me atraían eran relacionados con las ciencias.
¿Cuáles fueron sus principales dudas al elegir estudiar la licenciatura en Ingeniería Física?
Fue complicado, porque me gustaban varias cosas como el turismo y la gastronomía. Tenía presente la ingeniería, porque tenía familiares que habían estudiado eso y al final me decidí por Ingeniería Física, porque pensaba que me permitiría explorar dos cosas que me interesaban y que en el camino yo iba a poder decidir. Fue complicado tomar la decisión de estudiar esa carrera, además estaba la parte laboral: yo estudié gracias a una beca.
¿Cuáles han sido los proyectos más satisfactorios en los que ha colaborado a lo largo de su trayectoria?
En los últimos semestres de la carrera, comencé a colaborar con investigadores que se dedicaban al estudio del Universo. Empecé a trabajar haciendo simulaciones de computadora de cómo se forma el Universo y desde ese momento quedé atrapadísima. Disfruté mucho ese primer proyecto y básicamente le debo el resto de mi trayectoria. Con él descubrí que me quería dedicar al estudio del universo.
¿Ha habido obstáculos en cuestiones de género para desempeñarse en el ámbito de la investigación?
En mi caso creo que tuve mucha suerte de ir encontrando en el camino gente que no tuviera esos prejuicios, que me enseñara igual sin distinciones. En los momentos críticos, yo no era muy consciente de que esto era un problema, y no me di cuenta de pequeños detalles, […] como el de algunos profesores que no confiaban que me estuviera yendo bien en esas materias, no me veían con esas características. No me di cuenta en ese momento que me estaban atacando, no les puse atención, pero esa misma acción a otra niña puede desencadenar diferentes reacciones.
En cuanto a la incursión de estudiantes mujeres en disciplinas científicas, ve como afortunadamente, ha aumentado el número de matrículas relacionadas con estas áreas, tanto en hombres como en mujeres, sin embargo, señaló se tiene que cuidar que no vaya disminuyendo en el camino, ya que se debe buscar que, en las posiciones de investigación, haya igualdad de hombres y mujeres. Por ello, llamó a promover el interés natural por las ciencias en las niñas y niños, y recordó que la conmemoración del 11 de febrero sirve para visibilizar a quiénes están aportando a la ciencia. Esto ayuda a que más mujeres se animen a continuar y seguir con su carrera. “Si una estudiante dice: yo creo que realmente soy buena es en el área de las ciencias, debe creérselo”, afirmó la astrofísica.