La simple curiosidad por saber cómo funciona el universo, desde las partículas más pequeñas hasta los planetas y las estrellas y el proceso para llegar a esos conocimientos, pueden crear tecnologías de impacto para el ser humano, como ya ha pasado con anterioridad como con la relatividad de Einstein, planteada a inicios del siglo XX y que encontró su aplicación a finales del mismo con la tecnología GPS, es lo que considera el investigador del Departamento de Física de la División de Ciencias e Ingenierías de la Universidad de Guanajuato (UG) Oscar Miguel Sabido Moreno, quien forma parte de la institución desde hace 17 años y recientemente fue promovido en el nivel III del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) del CONACYT (Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología).
Dicho pensamiento se ha cultivado a lo largo de los más de 30 años que ha dedicado al campo de la física, en donde si bien sus estudios parecieran no tendrán un aplicación práctica en un corto o mediano plazo, estos no dejan de ser estimulantes para él, tanto por lo que pudieran significar en un futuro, así como por los aportes derivados de los mismos, ya que aseguró: “En el proceso de validar todo eso, esas teorías raras, esotéricas y que no nos podrían interesar mucho, esa búsqueda, te lleva a desarrollar tecnología que impacta”.
Otro ejemplo que dio fue el del internet, que en un principio fue pensado para facilitar el intercambio de conocimientos entre científicos a través de una red de computadoras, y el cual ahora, tiene mil usos más, que sus desarrolladores no pudieron ni imaginar que serían posibles al momento de crearlo.
Teoría M. Topológica: la unificación de la cuántica con la relatividad
Uno de sus campos de estudio es el de la Teoría M. Topológica, misma que comenzó a estudiar como una curiosidad personal por resolver una de las incógnitas más importantes de la física moderna: La unificación de las dos teorías que mejor explican el funcionamiento del universo, la física cuántica (que explica el mundo subatómico) y la relatividad general de Einstein (que explica fenómenos como el movimiento de los planetas, la existencia de agujeros negros y las ondas gravitacionales) pero que en la práctica, no son compatibles.
Pese a ser un hobby en un principio, ha obtenido resultados destacables, según comentó, como lo hecho junto a un colega de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ) con quien pudo explicar, a través de la Teoría M. Topológica, el origen de la entropía de un agujero negro de tres dimensiones (sin considerar la cuarta dimensión que es el tiempo).
La gravedad entrópica: cambiar completamente la perspectiva para entender un fenómeno
Su otro campo de estudio es la denominada gravedad entrópica, la cual describió como: dejar de considerar la gravedad como una fuerza fundamental y considerarla una fuerza emergente.
Para entender mejor este concepto, partió de lo que plantea actualmente la física, cuyo modelo estándar y la relatividad general, el que la mayoría de físicos considera explica mejor el funcionamiento de nuestro universo, propone existen cuatro fuerzas fundamentales: la electromagnética, la cual podemos ver y sentir fácilmente mediante la electricidad; la fuerza nuclear fuerte, que es la que mantiene unidos los núcleos de los átomos, las partículas básicas de la materia; la fuerza nuclear débil, que es la que los desintegra; y la gravedad, la atracción de los cuerpos por la consecuencia de la distorsión del espacio tiempo.
Es de esta última de la que se deriva la gravedad entrópica, la cual Miguel Sabido incluso llega a decir: “Es como tirar la toalla, no voy a encontrar la teoría fundamental, vamos a suponer que la gravedad no es un fenómeno fundamental, si no emergente, y ya no me voy a preocupar de dónde viene, mejor vamos a encontrar una metodología para desarrollar dicho fenómeno emergente, sacar las leyes que lo rigen y aplicarlo”.
Esta última en particular es también conocida como teoría alterna a las teorías estándar, que incluye la cuántica, la relatividad e incluso la física clásica de Isaac Newton, que son llamadas así porque tratan de explicar fenómenos que ese modelo no puede explicar, como la energía oscura, que según estimaciones es más del 70% de la existente en todo el universo, o la materia oscura, que representa el 25% de lo desconocido y dado el alto porcentaje que representan de todo el universo, es importante conocerlos para verdaderamente entender cómo funciona todo lo que nos rodea.
Formación de estudiantes
Finalmente, Miguel Sabido habló sobre su trabajo con estudiantes, sobre los que afirmó que, formar a científico(a)s en las universidades del país también tiene como consecuencia formar personas críticas y pensantes, más allá de las aportaciones que los mismos puedan hacer a la academia o a la industria, por ello es importante seguir atrayendo jóvenes a campos de estudio como la física.
Para él, quien ha tenido 12 estudiantes de licenciatura, 12 de maestría y 9 de doctorado bajo su tutela, la investigación científica puede parecer lejano a la realidad o sin una aplicación clara de la misma, sin embargo, hay motivos para dedicarse a ello, desde la simple curiosidad por saber el funcionamiento de las cosas, como en su caso, u otros que también son útiles para el país, como formar ciudadanos críticos, ya que considera: “El formar gente, no es porque quiera que sean como yo. ¿Qué ganas? Ganas gente que piensa, gente que es crítica, pero más que nada, gente que está entrenada para resolver problemas”.
Otra cuestión que quiso resaltar, es que hace falta reforzar el vínculo entre las universidades y el sector productivo, lo cual es muy común en países en donde ha trabajado, como los Estados Unidos y algunos de la Unión Europea, ya que si bien, es común que los ingeniero(a)s u otras carreras de ciencias aplicadas encuentren fácilmente un hueco, también estudiantes de campos como la física pueden aportar, siempre y cuando las y los propios jóvenes sepan “vender” sus habilidades y conocimientos, y las industrias se den cuenta de cómo los pueden ayudar. Tal es el caso del análisis de datos, mediante el cual estudiantes han logrado colocarse en bancos internacionales, o empresas digitales, incluso en una mayor proporción que en puestos académicos.