Irapuato, Gto. 12 de junio del 2022.- Al estallar la Guerra de Independencia, fue
construido un edificio en lo que hoy es la calle Morelos en el Centro Histórico de la
ciudad, para la defensa de la población irapuatense.
Así lo narró Jorge Conejo Echeverría, historiador del Archivo Municipal, dato que
se recuperó al revisar el libro Colección de Notas Tradicionales del también
historiador Genero Acosta, corroborado con el hallazgo de un plano en el que
aparece este baluarte.
“Es un edificio defensivo que era utilizado sobre todo durante la Guerra de
Independencia, que ahí los irapuatenses colocaron armas, colocaron cañones,
para defenderse de los ataques Insurgentes a partir del año 1810 y en adelante”,
detalló.
Aunque en sus notas Genaro Acosta no describe cómo era el edificio físicamente,
se puede suponer que era una especie de fuerte, una construcción más o menos
grande, con paredes gruesas y altas, para evitar que los invasores lograran
acceder a la ciudad.
En su libro, Genaro Acosta también menciona que en ese baluarte había un
terraplén, un montón de tierra que podía servir para que no se facilitara el acceso
a invasores y que, los defensores, desde arriba pudieran atacar.
El plano encontrado recientemente menciona el callejón del Baluarte y la calle del
Fresno, ubicación que hoy sería la calle Morelos en la zona centro. La
construcción fue utilizada después de la Guerra de Independencia, sobre todo
porque Irapuato era un lugar estratégico para los movimientos sociales y de
guerrillas.
“Entonces, quizá Irapuato no estaba amurallado como otras ciudades europeas,
pero si tenía un sistema defensivo para evitar los ataques (…) los mismos virreyes

ordenaron que los alrededores de Irapuato, por ser un punto estratégico central,
fuera defendidos”, agregó Conejo Echeverría.

Aunque no se ha descubierto que existiera otro baluarte en Irapuato, personal del
Archivo Histórico Municipal, ha encontrado información sobre otros edificios que
tuvieron funciones similares.
En documentos, se habla de la existencia de entre dos o tres garitas, que servían
para vigilar las orillas de la ciudad, una de ellas ubicada en donde se encuentra el
puente de Guadalupe, para vigilar a invasores que podían provenir de la salida a
Salamanca.
La torre de la parroquia, actualmente La Catedral, al ser la construcción más alta
de la ciudad en ese momento, servía para que vigías dieran aviso tocando las
campanas o usando una especie de alta voz, para avisar de la llegada de
invasores.